Cuando Parece Que Dios no Responde Tus Oraciones│Estudios Bíblicos

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¿Qué hacer cuando sentimos que Dios no responde nuestras oraciones?A veces parece que Dios no responde tus oraciones, ¿cierto? Estas son 12 cosas que necesitas tomar en cuenta en momentos así. Algunas de ellas tal vez expliquen por qué parece que Dios no te responde:

 

 

Cuando Parece Que Dios no Responde Tus Oraciones│Estudios Bíblicos

¿Qué hacer cuando sentimos que Dios no responde nuestras oraciones?A veces parece que Dios no responde tus oraciones, ¿cierto? Estas son 12 cosas que necesitas tomar en cuenta en momentos así. Algunas de ellas tal vez expliquen por qué parece que Dios no te responde:

Cuando Parece Que Dios no Responde Tus Oraciones│Estudios Bíblicos

Cuando Parece Que Dios no Responde Tus Oraciones│Estudios Bíblicos

Lee Su Palabra.
La oración es hablar con Dios, cierto, pero Él nos responde y habla directamente por medio de Su palabra. Si buscas respuestas y consejos, allí vas a hallar todo eso… Descubrirás también, que “Jesús no vino solo a darnos respuestas, sino a ser la respuesta.

Además, la fe viene por el oír la Palabra de Dios, (Romanos 10:17). La Biblia es la fuente de fe que necesitamos todos los días.

Necesitas ser más específico cuando oras.
A veces oramos de forma muy general por muchos asuntos, y por eso no vemos una respuesta precisa por parte de Dios a nuestras oraciones, a pesar de que Él las responda y esas respuestas estén frente a nuestras caras.

Deberíamos ser más específicos en nuestras peticiones a Dios. Así cuando la respuesta de Dios está ante nosotros, veremos de forma mucho más clara cómo Él sí responde nuestras oraciones.

Busca orar de una forma bíblica.
Aprende a orar. Cuanto más entendemos lo que dice la Biblia sobre Dios y sobre la oración, mejor oraremos, y durante la oración correcta y que agrada realmente a Dios, nuestros corazones son cambiados para entender mejor cómo obra Dios en nosotros y a nuestro alrededor.

“Si hay algo peor que no orar, es orar de una forma incorrecta”. Si buscamos orar de forma bíblica, no es para que Dios nos recompense escuchándonos, (no merecemos nada de lo que Él nos da). Si buscamos aprender orar bien es porque queremos que nuestra fe crezca como Dios quiere y porque queremos conocer a Dios cada día más.

Tener un buen entendimiento creciente de Dios, de nosotros y de la oración, nos hará esperar las respuestas de Dios como Él quiere que lo hagamos: Con gozo y con fe.

Nadie es un experto en oración, pero todo cristiano busca, orar cada día mejor (y Dios es paciente y amoroso con nosotros mientras aprendemos a orar, y nos escucha a pesar de que a veces nos equivoquemos).

¿Estás viendo las cosas como Dios las ve?
La madurez espiritual no consiste en la capacidad para ver lo que es extraordinario (precisamente, porque lo extraordinario es muy visible), sino en aprender a ver todas las cosas como Dios las ve.

¡Tal vez Dios está contestando tus oraciones y tus ojos están cerrados y no lo puedes ver!

Ora a Dios para que te enseñe a ver las cosas como Él las ve.

Sé paciente y persevera.
“Solo porque aún no veas la respuesta a tu oración no significa que Dios te ignora.

Dios puede responder muchas de tus oraciones en el mismo momento en que las haces. Sin embargo, muchas veces Él quiere que esperemos para que durante la espera lo conozcamos más (Ser paciente y perseverantes en la fe es parte de orar). Solo porque aún no veas la respuesta a tu oración no significa que Dios te ignora.

Algo importante que también necesitamos saber: Tal vez varias de tus oraciones serán respondidas cuando Jesús regrese. Piénsalo. Es por eso que nuestras oraciones son usadas por Dios para incrementar en nosotros un anhelo por el cumplimiento de Su voluntad.

Examina tus oraciones y tu corazón.
¿Por qué pides lo que pides? ¿Cómo está tu corazón? ¿Qué es lo que más anhelas? Recuerda que Dios nunca concederá una petición que esté fuera de Su voluntad ya revelada (Juan 15: 7), y que no provenga de un corazón realmente arrepentido y que ame a Dios cada día más.

Sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguien teme a Dios y hace su voluntad, a éste oye, Salmos 109: 7 sugiere que las oraciones de quienes no son hijos de Dios son pecado y Proverbios 28: 9 dice que la oración del desobediente es una abominación a Dios. El Salmo 66 tiene mucho que decir sobre eso.

En contraste, la Palabra afirma en Proverbios 15:29 que Dios escucha a los justos, y en Santiago 5:16 que la oración del justo puede mucho.

La Biblia dice: “Deléitate en el Señor y Él concederá los deseos de tu corazón” (Salmos 37: 4).

Y es que cuando nos deleitamos en Él, deseamos lo que Él desea. Por eso el salmista dice: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno” (Salmos 139: 23-24). Esto tiene que ver con lo siguiente.

Renuncia a toda idea falsa.
Un dios imaginario jamás responderá oraciones aunque a veces alguna gente crea que sí (Jeremías 44:16-19). En cambio, el Dios único y verdadero sí escucha nuestras oraciones.

Digo esto porque en el pasado he escuchado a algunas personas orar, y cuando las escucho, inmediatamente me doy cuenta de que no creen en el Dios de la Biblia (es asombroso lo mucho que puedes conocer sobre la teología de alguien al escuchar a esa persona orar).

No estoy diciendo que este sea tu caso, pero siempre es bueno tener presente quién es realmente Dios cuando oramos y esperamos. Es importante examinarnos (2 Corintios 13: 5)

Cuando sabemos quién es Dios, nuestro orgullo es aplastado y buscamos orar conforme a Su Voluntad y reconociéndolo como realmente es,
¡Y esas oraciones SIEMPRE son respondidas para la Gloria a Dios!.
También confesamos nuestros pecados en oración, lo cual es algo muy importante cuando oramos (1 Juan 1: 9).

“Nunca debemos orar como si Dios nos debiera algo.

Así que busca conocer cada día más a Dios y cómo Jesús te salvó, y que tu vida (y tus oraciones, y sus respuestas) esté edificada en la verdad. Nunca debemos orar como si Dios nos debiera algo, como si el poder está en nuestra fe (y no en quien está puesta la fe), como si Dios necesitara nuestro permiso, como si Dios no fuese omnipotente.

Dios es quien produce en nosotros el querer y el hacer (Filipenses 2:13) y esto abarca nuestras oraciones y el motivo de ellas.

Cuando abrazamos la verdad, tenemos gozo en Dios durante la espera a la respuesta de nuestras oraciones.

No permitas estorbos en tus oraciones.
Ya te he hablado brevemente sobre la importancia de confesar nuestros pecados cuando oramos, ya que de otra forma Dios no nos escucha porque Él no escucha a los altivos (Santiago 4: 6).

Otras razones por las que Dios no escucha nuestras oraciones, es cuando no tratamos a nuestra esposa (si estamos casados) como es debido (1 Pedro 3: 7), o cuando tenemos un conflicto con alguien que no hemos resuelto o tratado de resolver en amor y conforme a la voluntad de Dios (Mateo 5: 23-24).

Quitar estos estorbos (yo los llamo así) antes de orar no nos hará merecedores de que Dios responda nuestras oraciones, sino que son una evidencia de que en verdad somos Sus hijos.

Confía en que Dios responde a tus oraciones mejor que como tú crees.
En Efesios 3:20 leemos que Dios “es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros…”

“Cuando oramos, Dios nunca nos deja en “visto.

¿Qué significa esto? Que si realmente has orado a Dios, Él ya escucho tu oración y la responde de una forma mejor que como tú crees (aunque no puedas ver aún cómo es esa respuesta). Cuando oramos, Dios nunca nos deja en “visto”.

1 Juan 5: 14-15: “Y estamos seguros de que él nos oye cada vez que le pedimos algo que le agrada; y como sabemos que él nos oye cuando le hacemos nuestras peticiones, también sabemos que nos dará lo que le pedimos.

Antes de que oraras, Dios ya sabía que orarías y planeó la respuesta.
(Salmos 139:4, Mateo 6: 7-8). Dios causa oraciones en los corazones de Sus hijos que Él planeó desde antes de la fundación del mundo que fuesen oradas y respondidas (Efesios 1 y 2 habla mucho sobre eso).

En momentos en que parece que Dios no nos responde, es sumamente importante saber esto. De hecho, a veces creo que esta verdad tal vez debería darnos más gozo que una respuesta a cualquier oración que podamos hacer. Dios realmente nos ama.

Aprende que algunos de los regalos más maravillosos que Dios nos da, son oraciones no respondidas.
(O al menos no respondidas de la forma en que esperábamos)

“Si Dios hubiera contestado todas las oraciones que yo sin saber pedí en mi vida, ¿dónde estaría yo ahora?”

“Los momentos de espera son para que conozcamos más a Dios.
Cada momento de nuestras vidas es una oportunidad para conocer más a Dios (y eso incluye las ocasiones en que parece que no nos responde). Los momentos de espera son para que conozcamos más a Dios.

En tiempos en que parece que Dios no nos responde, solemos actuar como si Él no hubiese hecho suficiente por nosotros. En vez de hacer eso, confiemos realmente en Él y seamos abrumados por Su grandeza. Seamos agradecidos. Es difícil serlo, lo sé, pero con Dios todo lo bueno es posible.

Recuerda que Dios sigue obrando en tu vida.

Dios siempre está haciendo 10000 cosas en tu vida y tú puedes estar al tanto de tres de ellas”. Eso es tan cierto…

Solo porque parece que Dios no responde una petición que haces, no significa que Él se olvidó de ti. De hecho, Él terminará lo que empezó en ti (Filipenses 1: 6).

Aunque a veces oremos mal aunque esa no sea nuestra intención, y aunque a veces pareciera que Dios nos dejó solos, si somos hijos de Dios, el Espíritu Santo siempre ora por nosotros conforme a la voluntad de Dios, y Él hace que todo nos ayude a bien a fin de que seamos conformados a la imagen de Jesús (Romanos 8: 26-29). Dios nunca abandona a Sus hijos.

Jesús dijo varias veces que debemos hacer nuestras peticiones en su nombre (Juan 14: 13-14; 15: 16). ¿Qué significa terminar nuestras oraciones “en el nombre de Jesús”?

La frase “en el nombre del Eterno” se usa muchas veces en la Biblia. Se usa para expresar que algo se estaba haciendo por la autoridad de Dios.

En Inglaterra, cuando alguien venía en nombre del rey, venía con su apoyo y autoridad, teniendo este privilegio otorgado por el mismo rey. Nadie podría adjudicarse este privilegio por sí mismo. El que venía en nombre del rey, por lo general gozaba de favores, derechos y privilegios.

Así, del mismo modo, cuando terminamos una oración a nuestro Padre con las palabras “en el nombre de Jesús”, estamos ejerciendo un privilegio que nos ha concedido nuestro Salvador y haciendo lo que Jesús nos ha ordenado hacer.

Jesús quiere que vayamos en su nombre ante el Padre. El Padre ama profundamente a su Hijo primogénito. También nos ama profundamente. Cuando venimos en nombre de Jesús, estamos obedeciendo la voluntad de Jesús y estamos demostrando que queremos tener la misma relación con nuestro Padre que Él tiene.

La noche en que Jesús murió como el perfecto cordero expiatorio —sacrificado por nuestros pecados— Él les enseñó a sus discípulos muchas verdades. Él les dijo: “ En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido. Estas cosas os he hablado en alegorías; la hora viene cuando ya no os hablaré por alegorías, sino que claramente os anunciaré acerca del Padre. En aquel día pediréis en mi nombre; y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado, y habéis creído que yo salí de Dios” (Juan 16: 23-27).

Todos queremos saber que Dios nos escucha cuando oramos. Podemos estar seguros de que lo hace si venimos delante de Él con corazones humildes y sinseros, el tendra cuidado de nosotros.

Salmo 5.

Señor, escucha mis palabras,
atiende a mis gemidos,
haz caso de mis gritos de auxilio,
Rey mío y Dios mío.

A ti te suplico, Señor:
por la mañana escucharás mi voz,
por la mañana te expongo mi causa,
y me quedo aguardando.

Tú no eres un Dios que ame la maldad,
ni el malvado es tu huésped,
ni el arrogante se mantiene en tu presencia.

Detestas a los malhechores,
destruyes a los mentirosos;
al hombre sanguinario y traicionero
lo aborrece el Señor.

Pero yo, por tu gran bondad,
entraré en tu casa,
me postraré ante tu templo santo
con toda reverencia.

Señor, guíame con tu justicia,
porque tengo enemigos;
alláname tu camino.

En su boca no hay sinceridad,
su corazón es perverso;
su garganta es un sepulcro abierto,
mientras halagan con la lengua.

Que se alegren los que se acogen a ti,
con júbilo eterno;
protégelos, para que se llenen de gozo
los que aman tu nombre.

Porque tú, Señor, bendices al justo,
y como un escudo lo rodea tu favor.
amen.

Esperamos que esta serie de estudios sobre el tema de la oración pueda ayudarte a conocer cada día más del poder y el amor de Dios para tu vida.

Les esperamos en nuestro próximo estudio sobre el tema de la oración.

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