El Verdadero Evangelio de Jesucristo│Formación│Estudios Bíblico

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Bienvenidos a nuestro estudio semanal. Aquí encontraremos un tema de mucho interés e importancia, para conocer el verdadero objetivo de nuestra fe, y el propósito perfecto de un evangelio cencillo y claro para todos.

El Verdadero Evangelio de Jesucristo│Formación│Estudios Bíblico

 

Bienvenidos a nuestro estudio semanal.
Aquí encontraremos un tema de mucho interés e importancia, para conocer el verdadero objetivo de nuestra fe, y el propósito perfecto de un evangelio cencillo y claro para todos.
Esperamos este estudio contenga la palabra que buscas en tu vida.
Iniciemos.

 

 

 

Evangelio, buena noticia; del griego “evangelion”. Al referirnos al Evangelio del Reino de Dios se nos habla de la buena noticia del “Reino de Dios”. Según Jesucristo el Reino de Dios se ha acercado a nosotros y podemos recibirlo si cambiamos nuestra forma de pensar sobre nuestra relación con Dios y nuestra propia vida, lo que se conoce como arrepentimiento. Dios nos llama a Su Reino a través de Su Hijo Jesucristo aquí y ahora. Dios nos cambia la vida si Le creemos, una vida de bendición que Jesucristo obtuvo en la Cruz.


Jesucristo se ofreció al Padre por nosotros. Para ello debía dejar Su trono de la gloria a cambio de la Cruz del Calvario, para pagar por nuestros pecados, porque el hombre no se puede salvar por si mismo, ni venir a Dios con su propia justicia. Dios Padre aceptó el ofrecimiento de Su Hijo por amor a nosotros.

Nosotros somos ganados por Jesucristo, por Su gracia y amor tan grande como para hacer lo que Él hizo. Vino al mundo y se hizo hombre, murió por nosotros en la Cruz, resucitando y volviendo al trono de la gloria. Ahora esperamos Su venida y es establecimiento del Reino de Dios al final de los tiempos.

No existe religión que haga este planteamiento, no existe esfuerzo humano ni cumplimientos de mandamientos capaz de salvarnos. No había otra alternativa espiritual, de justicia, celestial y eterna que la sangre de Cristo: el pacto de sangre de Dios por nosotros. Sin la sangre de Cristo no hay entrada al Reino de Dios, ni el Reino de Dios entra en nosotros.

Sin la Cruz no hay salvación. Cuando venimos a los pies de la Cruz, del mensaje de la Cruz, es cuando recibimos la salvación y tenemos entrada al Reino de Dios, la buena noticia, la gran noticia, la única noticia: El Evangelio de Jesucristo.

El mundo en que vivimos es el fruto del pecado. Guerras, hambre, injusticia, corrupción, egoísmo, pobreza, leyes contrarias a los Mandamientos de Dios. Pecado es no creer en la obra del Hijo de Dios, no creer a Dios, vivir apartado de Dios en nuestra propia mente y en nuestra propia vida. Historias como las de Noe y el arca ante el diluvio universal, o Lot ante la destrucción de Sodoma y Gomorra, o las dos guerras mundiales, son un ejemplo de un mundo de pecado, enemigo de Dios. El arrepentimiento vuelve nuestra mente y nuestro corazón a Dios, nos reconcilia con el Padre a través del regalo de la fe. Esa fe nos es dada por la gracia de Dios, de manera que podemos creer en Dios y en Su Palabra. Dios nos ofrece la reconciliación en Su Hijo quien vendrá al final de los tiempos para establecer el Reino de Dios. Mientras tanto podemos vivir guiados de Su mano, predicando el Evangelio para que otros también se salven, y haciendo buenas obras, junto a nuestros hermanos, aquellos con los que compartiremos en la eternidad el Reino de Dios que se ha acercado en Jesucristo, la buena noticia de la Salvación. El Espíritu Santo es Quien hace de nosotros un templo vivo y santo cada día, y cuando nos congregamos para alabar a Dios nos hace el templo de Dios.

Jesucristo comenzó a predicar:
“Arrepentíos, porque el Reino de los Cielos se ha acercado…” (Mateo 4:17); “…El Reino de Dios se ha acercado, arrepentíos y creed en el Evangelio.
(Marcos 1:14).

Esta es la presentación Bíblica del Evangelio “La buena noticia de Dios”: El Reino de Dios se acerca a nosotros ¿Quiere usted vivir en el paraíso de Dios eternamente? La relación diaria y eterna entre Dios y el hombre es la constante de la historia humana, hasta que se acabe el tiempo que nos ha sido prefijado por Dios para el regreso de Su Hijo Jesucristo quien nos dice:

…Yo os digo la verdad: Os conviene que Yo me vaya; porque si no me fuese, el Consolador (del griego “parakletos”, cuidador, abogado, intercesor) no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado. (Juan 16: 7).

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