20) La estabilidad, madurez y perseverancia.

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La personalidad de los Discípulos de Jesucristo.

         En el principio existe la armonía y comunión con Dios, un orden perfecto entre los seres celestiales con su Creador, pero sucede una separación que requiere la estabilidad de volver a la posición de equilibrio inicial: “En el principio crió Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la haz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la haz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz: y fué la luz” (Génesis 1.1 al 3 – RVR1909). El orden es primero, luego se presenta la alteración con el desorden, pero ¿por qué además de desordenada, se dice que la tierra estaba vacía? Este vacío tiene un simbolismo, en algunos casos representa la ausencia de Dios en la vida de la persona. En este caso significa la inmadurez por presuntuosidad, vanagloria del alto concepto por cierta belleza o cualidad y jactancia por el propio actuar o valer. Por ejemplo, la actuación presentada con el ángel caído: “Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste criado, hasta que se halló en ti maldad. A causa de la multitud de tu contratación fuiste lleno de iniquidad, y pecaste: por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín cubridor. Enaltecióse tu corazón á causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría á causa de tu resplandor: yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti” (Ezequiel 28.15 al 17 – RVR1909).

 

         La alusión anterior al ángel caído comparada con ciertos reyes, nos ofrece la oportunidad de una idea o pista de lo sucedido en el principio. Continuando con las analogías o comparaciones, como hemos mencionado en otra ocasión, los seres angelicales solamente ejercen su capacidad de decisión, el resultado de este poder de decisión define el bien o mal como consecuencia. Entonces, ¿cuál es el factor influyente o predominante entre los demás ángeles arrastrados por el ángel caído? Otra analogía o comparación nos aclara, acerca de la envidia (el subrayado es nuestro):

“Hízose, pues, hermoso en su grandeza con la extensión de sus ramas; porque su raíz estaba junto á muchas aguas. Los cedros no lo cubrieron en el huerto de Dios: las hayas no fueron semejantes á sus ramas, ni los castaños fueron semejantes á sus ramos: ningún árbol en el huerto de Dios fué semejante á él en su hermosura. Hícelo hermoso con la multitud de sus ramas; y todos los árboles de Edén, que estaban en el huerto de Dios, tuvieron de él envidia. Por tanto, así dijo el Señor Jehová: Por cuanto te encumbraste en altura, y puso su cumbre entre densas ramas, y su corazón se elevó con su altura” (Ezequiel 31.7 al 10 – RVR1909).

 

         Estas afirmaciones de ninguna manera son categóricas o concluyentes, pero aportan una analogía o comparación para sugerir una posible razón de lo sucedido. Además de explicar la posibilidad del motivo desencadenante en el origen o principio, lo cual concuerda con otro apartado donde se analiza el origen del bien y del mal, como la combinación entre egoísmo, envidia y odio. En todo caso los ángeles con decisión firme, ya tenían su convicción fuertemente adherida, mientras tanto, los ángeles indecisos al encarnar como seres humanos, tienen todavía la oportunidad de estabilizar su condición, en el sentido de volver a la posición de equilibrio inicial, en armonía y comunión con Dios. Hay una analogía de un adagio de conocimiento antiguo, donde se nos compara como chispas desprendidas de la luz de Dios, y en retorno para fusionar nuevamente con la Luz Suprema. La Biblia dice: “Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo” (2 Corintios 4.6 – RVR1909). El proceso inevitable es la maduración y perseverancia para lograr la estabilidad a plenitud. La Biblia recomienda ser inocentes en la malicia como infantes, pero perfectos en el sentido: “Hermanos, no seáis niños en el sentido, sino sed niños en la malicia: empero perfectos en el sentido” (1 Corintios 14.20 – RVR1909). Esta perfección en el sentido representa lograr una madurez en el juicio o modo de pensar, según el grado de conocimiento, entendimiento y razón capaz de discernir. La madurez está relacionada con la cautela, cortesía, paciencia, pacificación, prudencia, recato y sensatez, además de la decencia, honestidad, modestia y pudor. La perfección en los justos viene a ser como la luz de la aurora: “Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, Que va en aumento hasta que el día es perfecto. El camino de los impíos es como la oscuridad: No saben en qué tropiezan” (Proverbios 4.18 al 19 – RVR1909).

 

         La Biblia indica a Jesucristo como la dimensión, medida, modelo, molde, parámetro y referencia, de la estabilidad de madurez y perseverancia: “Hasta que todos lleguemos á la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, á un varón perfecto, á la medida de la edad de la plenitud de Cristo” (Efesios 4.13 – RVR1909). Jesucristo con su muerte en la cruz, vence con el bien al mal, y expone públicamente la altivez, arrogancia, inmadurez y prepotencia de quienes le condenan y matan, ya sea en relación con el mal ejemplo de los ángeles que cayeron o los seres humanos que en su indecisión, se deciden por rechazar y dar muerte a Jesús: “Rayendo la cédula de los ritos que nos era contraria, que era contra nosotros, quitándola de en medio y enclavándola en la cruz; Y despojando los principados y las potestades, sacólos á la vergüenza en público, triunfando de ellos en sí mismo” (Colosenses 2.14 al 15 – RVR1909). El conjunto de estabilidad, madurez y perseverancia se le llama sabiduría y es indispensable para la perfección: “Para que vuestra fe no esté fundada en sabiduría de hombres, mas en poder de Dios. Empero hablamos sabiduría de Dios entre perfectos; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que se deshacen” (1 Corintios 2.5 al 6 – RVR1909). La estabilidad de madurez y perseverancia está basada en Jesucristo, para que sea en el poder de Dios: “Mas nosotros predicamos á Cristo crucificado, á los Judíos ciertamente tropezadero, y á los Gentiles locura; Empero á los llamados, así Judíos como Griegos, Cristo potencia de Dios, y sabiduría de Dios” (1 Corintios 1.23 al 24 – RVR1909).

 

         La estabilidad de madurez y perseverancia contribuye con el proceso de perfección, porque el ser humano es imperfecto pero es perfectible en Jesucristo: “Hermanos, yo mismo no hago cuenta de haber lo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome á lo que está delante, Prosigo al blanco, al premio de la soberana vocación de Dios en Cristo Jesús. Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos: y si otra cosa sentís, esto también os revelará Dios” (Filipenses 3.13 al 15 – RVR1909). Ser estable o la estabilidad es necesaria para conservar o mantener un equilibrio, con la madurez se logra una mejora continua o permanente, la perseverancia posibilita llegar hasta el final con la constancia suficiente: “Mas el que perseverare hasta el fin, éste será salvo” (Mateo 24.13 – RVR1909). Algunos seres humanos ni con la longevidad maduran como mejores personas, toda la vida son groseras, iracundas, irrespetuosas, sarcásticas y violentas, actúan siempre con doble intención o mala fe, de ninguna manera reflejan la madurez en Cristo: “Toda amargura, y enojó, é ira, y voces, y maledicencia sea quitada de vosotros, y toda malicia” (Efesios 4.31 – RVR1909). También la Biblia dice: “Mas ahora, dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, maledicencia, torpes palabras de vuestra boca. No mintáis los unos á los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, Y revestídoos del nuevo, el cual por el conocimiento es renovado conforme a la imagen del que lo crió” (Colosenses 3.8 al 10 – RVR1909).

 

         Nuestra insistencia en relatar lo acontecido al ángel caído, sirve para tomar conciencia de aprender de los antecedentes bíblicos, por ejemplo, el valor de la esperanza y de la paciencia, porque todo lo transmitido en la Biblia ha sido un ejemplo útil para la posteridad: “Porque las cosas que antes fueron escritas, para nuestra enseñanza fueron escritas; para que por la paciencia, y por la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza. Mas el Dios de la paciencia y de la consolación os dé que entre vosotros seáis unánimes según Cristo Jesús” (Romanos 15.4 al 5 – RVR1909).  La perseverancia del propósito por la perfección sí es factible y realizable entre los seres humanos: “Sabiendo que la prueba de vuestra fe obra paciencia. Mas tenga la paciencia perfecta su obra, para que seáis perfectos y cabales, sin faltar en alguna cosa” (Santiago 1.3 al 4 – RVR1909). El pretexto de una vida sin posibilidad de perfección, es injustificable en quienes pretenden excusar su impotencia de perfeccionar su vida en Jesucristo. Esto se dice y hace para eludir o evadir cualquier compromiso, dificultad, fidelidad, obligación y responsabilidad ante Dios, máxime cuando predomina en la persona la inestabilidad, inmadurez e inconstancia, en la relación de armonía, comunión y confianza con Dios Padre, mediante su Hijo amado Jesucristo, nuestro Salvador y Señor.

 

         Por lo tanto, la estabilidad, madurez y perseverancia, están relacionadas en su conjunto como un verdadero proceso de perfección, sumado a la esperanza y paciencia. Tal perfección de ninguna manera fue demostrada por el ángel caído, pero Jesucristo vino a este mundo a hacer posible como ser humano, la capacidad de lograr esta perfección para ejemplo y modelo, siendo fiel y obediente, para gloria y honra de Dios Padre: “Por lo cual Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré, Y seré á vosotros Padre, Y vosotros me seréis á mí hijos é hijas, dice el Señor Todopoderoso. Así que, amados, pues tenemos tales promesas, limpiémonos de toda inmundicia de carne y de espíritu, perfeccionando la santificación en temor de Dios” (2 Corintios 6.17 al 7.1 – RVR1909).

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