Hacia donde vayamos siempre llevamos nuestro corazón firme en la promesa de la salvación. Nuestro Señor Jesucristo en acto piadoso a la humanidad, nos enseñó que la vida ya nacida de nuevo nunca morirá. Les confieso que me propongo en este instante a servir en las buenas causas, de personas realmente renacidas. Cristo es la verdadera esperanza y todo fue tal como la mayor parte del mundo cree en su piadoso corazón. Toda cultura lo identifica, y va adelante y atrás de los que marchamos su evangelio. Yo tengo una historia de vida, pero soy fuerte aunque a veces fallo. Pido a Dios Padre que rectifique para ser el siervo de Dios.