EL ABORTO
1. Dios nos conoce desde antes de desarrollarnos y nacer (Jeremías 1: 5).
2. Somos vida desde la concepción porque Dios nos desarrolla desde el embrión (Job 10: 8-12).
3. El Señor nos concedió ADN, órganos y funciones vitales desde que somos concebidos, además de que ya conoce nuestra vida y tiene planes para nosotros desde el embarazo (Salmo 129: 13-16).
4. El Señor condena y castiga la provocación de un aborto, tanto si hay secuelas en la madre como si no (Éxodo 21: 22-25).
5. Dios nos consagra a Él no solo al nacer, también desde el vientre de nuestra madre (Salmo 22: 10-11; Gálatas 1: 15).
6. Los hijos son un regalo de Dios (Salmo 127: 3).
7. Dios y sus siervos condenan a civilizaciones que extraen bebés de mujeres embarazadas (Amós 1: 13).
8. Los seres humanos tenemos identidad y naturaleza pecadora desde el embarazo (Salmo 51: 7).
9. Los bebés son conscientes de lo que sucede en el exterior del útero materno (Lucas 1: 41).
10. Sabiendo que un bebé es vida desde la concepción, el Señor prohíbe el asesinato (Éxodo 20: 13; Deuteronomio 5: 17; Mateo 19: 18) y condena al castigo eterno a quienes lo cometen (Apocalipsis 22: 15), pero perdona a quienes se arrepienten en Cristo (Romanos 3: 21-26).