Porque a los malos les va bien en la vida

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Bienvenido a nuestro estudio semanal. <br>hablaremos de un tema de mucho interés, y responderemos una pregunta que se hace común, en estos tiempos de tanta maldad, y pérdida de valores. <br>pausa el video, analiza cada detalle, y dispón tu corazón para escuchar la voz de dios a tu vid

Porque a los malos les va bien en la vida

Bienvenido a nuestro estudio semanal.
hablaremos de un tema de mucho interés, y responderemos una pregunta que se hace común, en estos tiempos de tanta maldad, y pérdida de valores.
pausa el video, analiza cada detalle, y dispón tu corazón para escuchar la voz de dios a tu vida.

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iniciemos.

¿Por qué los que hacen mal les va tan bien en la vida, mientras que los que hacen bien no siempre les va tan bien en la vida?

Esta inquietud fue planteada y respondida en la Biblia. Veamos en qué términos fue planteada.

Salmo 73: 2-12 dice: “En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; por poco resbalaron mis pasos. Porque tuve envidia de los arrogantes, Viendo la prosperidad de los impíos.

Porque no tienen congojas por su muerte, pues su vigor está entero. No pasan trabajos como los otros mortales, Ni son azotados como los demás hombres. Por tanto, la soberbia los corona;

Se cubren de vestido de violencia. Los ojos se les saltan de gordura; Logran con creces los antojos del corazón.

Se mofan y hablan con maldad de hacer violencia; Hablan con altanería. Ponen su boca contra el cielo, y su lengua pasea la tierra. Por eso Dios hará volver a su pueblo aquí, Y aguas en abundancia serán extraídas para ellos. Y dicen:

¿Cómo sabe Dios?

¿Y hay conocimiento en el Altísimo? He aquí estos impíos, sin ser turbados del mundo, alcanzaron riquezas”

Note el sentir del autor de este salmo. Dice que por poco cae pesadamente. La caída hubiera sido el volverse impío para ser próspero. El salmista se sintió inquieto al mirar la prosperidad de los impíos y eso le condujo a sentir algo de envidia de lo bien que les iba en la vida a los impíos.

Claro, los impíos no se preocupan de la muerte, porque ni siquiera piensan en ella. Más bien parece que rebosa salud. Su vigor está entero dice el salmista.

Tampoco tienen que sufrir trabajando, porque con su habilidad para hacer el mal consiguen todo lo que desean. En ese sentido no son azotados con desvelos como aquellos que se ganan la vida honradamente.

Como consecuencia, los impíos, al verse rodeados de fortuna, de paz, de buena salud, se ciñen la corona de la soberbia, o se tornan arrogantes y en esas condiciones dan rienda suelta a la violencia.

Todo esto les pone como animales listos para ser faenados. Sus ojos se les saltan de gordura. No se eximen de nada que desean. Se mofan de todos los demás y planifican sus andanzas con extrema precisión. Dan por seguro lo que tratan de obtener por medio de sus torcidos designios.

Como si todo esto no fuera suficiente, dice el salmista que ponen su boca contra el cielo, esto significa que hablan mal contra Dios y no contentos con eso, dice el salmista que con su lengua pasean la tierra, en otras palabras, ellos se sienten los amos y señores de todos los asuntos de la tierra. Su malicia queda sellada cuando se mofan de Dios diciendo:

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