La Cena del Señor I Audiolibro y PDF

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La Cena del Señor I Audiolibro y PDF La institución de la Cena del Señor debe ser considerada por todo cristiano espiritual como una prueba particularmente conmovedora de los misericordiosos cuidados del Señor y de su considerado amor por su Iglesia.

La Cena del Señor I Audiolibro y PDF

La institución de la Cena del Señor debe ser considerada por todo cristiano espiritual como una prueba    particularmente    conmovedora    de    los

misericordiosos cuidados del Señor y de su considerado amor por su Iglesia.

Desde el tiempo en que fue instituida hasta el día de hoy, la Cena del Señor fue un firme, aunque silencioso, testigo de esta verdad, que el enemigo ha procurado corromper y destruir por todos los medios a su alcance: que la redención es un hecho cumplido del que todo creyente en Jesús, aun el más débil, puede regocijarse.

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La institución de la Cena del Señor

 

INDICE

Prefacio………………………………………………………………………..…….4

Capitulo 1

Pensamientos Sobre La Cena Del Señor…………….………..………9

Capitulo 1.1

Qué es la Cena del Señor, y qué anuncia…………..………………12

Capitulo 1.2

Las  circunstancias  en  que  fue  instituida  la     Cena  del

Señor.…………….…………………………………….…………….26

Capitulo 1.3

Las personas para quienes se instituyó

la Cena del Señor……….………………………………………………..……34

Capitulo 1.4

El momento y la manera en que se ha de celebrar

la Cena del Señor………………………………..…………….………………44


PREFACIO

La institución de la Cena del Señor debe ser considerada por todo cristiano espiritual como una prueba    particularmente    conmovedora    de    los

misericordiosos cuidados del Señor y de su considerado amor por su Iglesia. Desde el tiempo en que fue instituida hasta el día de hoy, la Cena del Señor fue un firme, aunque silencioso, testigo de esta verdad, que el enemigo ha procurado corromper y destruir por todos los medios a su alcance: que la redención es un hecho cumplido del que todo creyente en Jesús, aun el más débil, puede regocijarse. Ya han transcurrido dos mil años desde que el Señor Jesús estableció el pan y la copa como los símbolos de su cuerpo partido y de su sangre derramada por nosotros, respectivamente. Y, a pesar de los innumerables cismas y herejías, de tantas controversias y contiendas, de todas las guerras de principios y los prejuicios que manchan las páginas de la historia eclesiástica, esta tan significativa institución ha sido conmemorada por los santos de todas las épocas. Es verdad que el enemigo, en una vasta sección del cuerpo profesante, logró envolverla en un manto de oscura superstición; logró presentarla de tal manera que quedó oculta de la vista de los participantes  la  gran  realidad  eterna  que  conmemora.

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