Dios Cumple su palabra

»Y ahora, Señor y Dios, reafirma para siempre la promesa que les has hecho a tu siervo y a su familia. Cumple tu palabra. 2 Samuel 7:25

Las promesas de Dios jamás han sido para dejarse de lado como si fueran para desechar: él quiere que las usemos.

En cambio, toma la promesa directamente del trono de Dios y suplica: «Señor, aquí está lo que dijiste. “Cumple tu palabra”.

Cuando un cristiano se aferra a una promesa pero no la lleva ante Dios, lo está deshonrando. No obstante, cuando de inmediato acude al trono de Dios y clama: «No tengo razones para pedirte esto, excepto que es lo que dijiste», entonces su deseo está otorgado.

Nuestro banquero celestial se deleita en hacer efectivos sus propios cheques, por lo tanto, jamás dejes que sus promesas se oxiden.

Saca su Palabra de promesa de la vaina y úsala con una intensa y santa fuerza. Jamás pienses que Dios se sentirá molesto o cargado cuando tú le recuerdes sus promesas.

Él disfruta escuchar el fuerte reclamo del alma necesitada, porque se deleita sobremanera en derramar sus bendiciones sobre ellos.

Es más, él siempre está más dispuesto a escuchar de lo que estamos nosotros a pedir. Del mismo modo que el sol jamás se cansa de brillar, ni un arroyo de fluir, la naturaleza de Dios es cumplir sus promesas. Por lo tanto, acude de inmediato a su trono y dile: «Cumple tus promesas».

(Josué 21:45) Ni una sola palabra quedó sin cumplirse de todas las buenas promesas que el Señor había hecho a los israelitas.