Que mas podremos decir sobre la alabanza:
Alabar a Jesucristo durante el día es algo grandioso; pero no hay música más dulce que la del
ruiseñor, y éste alaba a Dios por la noche. Es bueno alabar al Señor por su misericordia
cuando tienes salud, pero asegúrate de hacerlo cuando estés enfermo, porque entonces tu
alabanza probablemente será más genuina. Cuando estás en profundo dolor, no le quites a
Dios la gratitud que se le debe; nunca disminuyas su debida alabanza cuando lo demás
escasea. Alábale en los tiempos de los címbalos resonantes con todo tu corazón y ser; pero
cuando no puedas hacerlo, solo siéntate y brinda su alabanza en silencio solemne en la
profunda quietud de tu espíritu.