“¿SEGUIREMOS VIVIENDO EN PECADO?”
Romanos 6:1-2

¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?
¡De ninguna manera! Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?

PENSAMIENTOS PARA HOY
En nuestro pasaje de hoy, es la respuesta de Dios a si deberíamos seguir viviendo en el pecado una vez que somos salvos: "¡De ninguna manera!" "¡Claro que no!" "Dios lo prohíbe! " o - "¡Usted tiene que estar bromenado!"

Hay dos conceptos en la Biblia en los que muchos de nosotros tenemos dificultad para entender: están relacionados con justificación y santificación.
Es la diferencia entre ser salvo y ser transformado en la clase de persona que deberíamos ser porque hemos sido apartados por Dios. "Deben, pues, ser santos, porque yo, Jehová, soy santo, y los he apartado de entre los pueblos para que sean míos." (Levítico 20:26)

La justificación es un acto; la santificación es una obra del Espíritu Santo.
La justificación nos ocurrió el día que aceptamos y confiamos en Jesús - fuimos declarados justos y nuestro veredicto de culpable fue revocado. Entonces Dios comenzó una obra en nosotros que continúa hasta hoy.
La justificación es inmediata; sin embargo la santificación es un proceso de toda la vida.
La justificación es el medio; la santificación es el fin.
La justificación declara justo al pecador; la santificación hace justo al pecador. La justificación quita la culpa y la penalidad del pecado; la santificación quita el crecimiento y el poder del pecado.

Muchos cristianos tratan de luchar contra el pecado predicando lo que yo llamo los "No" - no hagas esto y no hagas aquello.
Sin embargo, el método de Pablo fue algo como lo que los eruditos de la Biblia llaman "santificación posicional."
En otras palabras, sepa dónde está usted plantado con Jesús - su nueva identidad (versículos 3-5); sepa que usted tiene libertad por la cruz de Jesús (versículos 6-15); y conozca algunas cosas sobre el corazón de Jesús y lo que es importante para Él (versículos 16-23).