Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.
Salmos 139:23-24 RVR1960
Una oración sencilla pero que realizó el salmista con una profunda sencillez de corazón.
El dejar que el Señor examine nuestro corazón implica que le estamos dando autorización de reparar, moldear, quebrantar, restaurar y moldear lo más profundo de nuestro ser. Para su gloria!!!
No es sencillo, no es facil. Pero cuando tenemos tal apego a El, aunque nuestra carne no esté dispuesta, diremos Señor que no se haga como yo, si no como tú.
Señor hazme como tú quieras! A tu nombre la gloria!!